viernes, 4 de junio de 2010

Arquitectura civil: La casa y vivienda colonial



La arquitectura civil tuvo un significativo desarrollo en la época de la Colonia. Lima fue, en este sentido, un difusor de los parámetros arquitectónicos peninsulares, en la organización de plantas y distribución de espacios. Los materiales y técnicas autóctonas, tanto en Lima como en provincias, produjeron modificaciones y adaptaciones al ambiente territorial y al contexto social, creando una arquitectura de valores artísticos y estéticos propios.

Casa de la Riva Aguero
Hugo J. Robles Cosco
Historiador del Arte


La casa popular

La casa popular reflejó una persistencia formal, que hasta el día de hoy sigue vivo. Una de las viviendas más típicas fue el callejón, formado por pequeñas viviendas de dos o tres habitaciones, al que se accede desde un pasaje rectangular sin cubierta, perpendicular a la calle. De este tipo de planta persiste el “callejón de cuartos” en “Barrios altos” y “Abajo el puente” (Rimac). Otra forma, no muy distinta fue la casa de tres o más habitaciones en fila, seguidas por patio-cocina o corral y directamente accesibles desde la calle. Ambos tipos eran de un piso, de adobe o madera y caña, y no poseían ventanas (García Bryce, 2004). El corral o corralito, al igual que el callejón son los espacios que plantean una forma arquitectónica con significados sociales, típicamente limeña.

La casa de elite

La casa de elite, por otro lado, supuso desde el punto de vista artístico, una mayor adaptación a las convenciones estilísticas del período Virreinal. Se desarrolló, dentro del contexto urbanístico aplicado por la corona a las ciudades hispanoamericanas. La prioridad en el uso de los lotes (solares) trazados en la forma damero (de Lima y Trujillo, por ejemplo), indica su jerarquía. Estas casas, llamadas también comúnmente, casonas o casas solariegas, tienen una disposición de uno o más patios para la iluminación y la ventilación de las habitaciones y otras áreas libres para los jardines y huertos. El ingreso directamente desde la calle era por un portón, que permitía el ingreso de personas, acémilas, jinetes, carretas y carruajes. El portón conducía al zaguán y de ahí, al primer patio. Las habitaciones principales fueron la sala o salón, la cuadra (recepción de invitados) y las cámaras y recamaras. Las plantas podían ser en L o U, o tener habitaciones en torno a un patio. La difusión de zaguán, corredores o galerías y del salón seguido de la cuadra, se difundió en varias ciudades, como Trujillo y Arequipa. Los techos en la costa eran planos y se cubrían con torta de barro, y, cuando eran usados como terraza, se utilizaba el ladrillo pastelero (García Bryce, 2004).

A la tipología mencionada, la casa popular y la casa de elite, habría que agregar, los palenques (construcciones de esclavos fugitivos) y la casa-hacienda. Estas construcciones permiten profundizar en aspectos como la centralidad y la periféria, la ciudad y el campo, lo legal y lo clandestino, creando nuevos contextos interpretativos en la arquitectura civil colonial.

Lima

En Lima, el material predilecto fue el adobe combinado con el ladrillo. Con el ladrillo se hizo más estable las casas, además se usó en la parte baja de los muros y en los derrames (sesgos o cortes oblicuos) del portón y de otros vanos. Debido a los temblores y terremotos, se introdujo, también, las vigas madres que soportaban las viguetas y entablados, que se encontraban en los entrepisos y techos, para dar un mayor refuerzo . Los peligros del adobe en segundo piso se evitaron con el uso de muros de quincha. Se usaron, también, tabiques de madera y ladrillo. La carpintería de los techos era escuadrada, algunas veces, tallada y policromada (García Bryce, 2004).

El balcón es un sello característico de la ciudad de Lima y merece un apartado. Se la relaciona con las ciudades orientales, principalmente con las mashrabiyya egipcias, en la ciudad de El Cairo (Fig. 1). Constituyen un referente remoto, creando el aspecto “oriental” de la ciudad. Sin embargo, la influencia de la carpintería mudéjar y árabe islámico en tierras española son un mejor referente técnico y estilístico, que podemos encontrar, en el devenir del balcón limeño. La celosía era un trabajo con barrotes pequeños colocados en forma vertical, horizontal y diagonal, delineando el ornamento poligonal islámico. El uso técnico de tomar piezas pequeñas de madera evitaba la contracción de la madera en climas calurosos y era adecuado para lugares en donde la madera era escaza. Algunos usos como la protección del calor y la reclusión de la mujer, que podían ver hacia fuera sin ser vistas, indican su relación al medio geográfico y social. “Tuvieron fines artísticos donde lo decorativo contrastaba con las sobrias fachadas sin adornos, propias de las casas árabes”. La variante española del balcón cerrado fue el ajimez. La palabra celosía se le relaciona con los celos, de ahí, seguramente, la romántica visión que se tiene del balcón limeño. Otras ciudades hispanoamericanas tuvieron un prolífico desarrollo de balconería. En Cartagena (Colombia), por ejemplo, también hay balcones cubiertos de tejas pero no cerrados como en Lima (Fig. 2) (Dalheimer, 1985). Esta particularidad y difusión en la ciudad capital, produjo algunas opiniones de cronistas como Fray Antonio de la Calancha quien dijo que hay “en muchas calles con tantos y tan largos que parecen calles en el aire”.


Fig. 1


Fig. 2

Casa de Esquivel y Járava

Llamada también casa Pilatos (Fig. 3). Esta casa fue construida por el jesuita Luis Portillo en 1590, discípulo de Juan de Herrera (Fiol, 1982). Por esta razón, el estilo sobrio y grandioso de Juan de Herrera en la península puede verse como ejemplo en esta casa (Ugarte Eléspuru, 2001). Se conserva de la época virreinal el primer piso, la portada de piedra de transición del manierismo al barroco, el zaguán, el patio con arquerías de cal y ladrillos, y columnas de piedra. Presenta una característica ajena a las casas limeñas del período, la escalera imperial al fondo del patio (García Bryce, 2004).


Fig. 3

Casa de Torre Tagle

Una de las casas más significativas en Lima. Sigue las modalidades limeñas y expresa la tendencia arquitectónica con el uso del zaguán, el primer patio, el salón principal, la cuadra, y el segundo patio con hilera de habitaciones (salas, cámaras y recamaras) al fondo, cocina y servicios. Portón con portada de dos cuerpos y en el segundo cuerpo hay una ventana con reja de madera torneada. Las ventanas con reja “de caja” o voladas fuera del plano del muro contrastan con el segundo piso, más exhuberante, con los balcones que servían como galerías y miradores, de gran vuelo con puertas de acceso desde el interior, sostenidos por grandes canes y utilizando luces y sobre-luces con columnillas de madera torneada, celosías y antepechos de supervivencia mudéjar (García Bryce, 2004). La fachada de esta casa posee una disposición asimétrica, pensada, probablemente, para su observación urbanística lateral, desde una cercana plazuela. Una proyección que realza sus valores compositivos y ornamentales (Fig. 4).


Fig. 4

Otras casas importantes que siguen estos parámetros establecidos son: La Riva (Fig. 5), Goyeneche (Fig. 6) y Osambela u Oquendo (Fig. 7). Con variantes particulares pueden mencionarse la casa Aliaga y del Oidor.


Fig. 5


Fig. 6


Fig. 7

Cusco

En algunas ciudades como Cusco se usó la piedra para derrames y la base de las casas. Se utilizó, también, el rollizo (tronco sin aserrar), y en las cubiertas de dos aguas, el par y nudillo. Se tapaban el cielo raso con tela ornamental. También fue común el ichu y las tejas de arcilla cocida (García Bryce, 2004). Los aleros, tan necesarios en la sierra por las lluvias, y la presencia de balcones esquineros, junto a los elementos anteriores, son lo más resaltante de la estética arquitectónica colonial cusqueña. Si a esto incluimos, la reutilización de los muros incaicos, y la ausencia de una axialidad en las plantas, nos lleva a uso de las líneas arquitectónicas desequilibrantes (tanto incaicos como españoles) y de gran efecto visual, al relacionarlo con el urbanismo, de calles estrechas y torcidas, de pendientes y desniveles, que todavia se aprecian en la ciudad imperial.

Casa del Almirante

La planta no posee axialidad ni la simetría que se asocia al renacimiento o barroco, es una composición derivada de la arquitectura musulmana o mudéjar, los vanos del zaguán tratan de ocultar el patio de la vista. Arquerías del mismo tipo que los conventos, al igual que la pileta central, propuso una solución enfáticamente religiosa (Fig. 8). Presenta también, una portada de piedra, un balcón de antepecho, con un ajimez esquinado, además de representar una cariátide, y frontoncillos mixtilíneos, un gusto manierista por el contraste y la variedad (Fig. 9). (García Bryce, 2004).



Fig. 8


Fig. 9

Arequipa

Arequipa se destaca por el uso de muros de sillar con un metro de espesor y bóvedas también de sillar que fueron sustituyendo la madera y los tejados. Hay una tendencia de decorar inspirandose en las portadas de las iglesias. Este criterio decorativo afecta a las ventanas. Ejemplos los tenemos en la Casa Tristán del Pozo y la Casa Moral (García Bryce, 2004).

La influencia del estilo rococó en Arequipa afectó a las portadas que ahora se manifiestan de una manera más elegante. En el ejemplo que tenemos aquí con la casa Quiroz o la casa de la Moneda (Fig. 10) podemos observar como dicho estilo con el uso de rocallas cubre practicamente todo el frontón. No podemos estar completamente seguros de todos los cambios pues esta fachada fue alterada posteriormente.  


Fig. 10

Trujillo

Las casas trujillanas son preponderantemente republicanas, pero virreinales son la planta en L, como la casa Orbegoso, provisto de corredores, de madera costeños, con capiteles de zapata, y balaustres de madera torneada. Otra casa como la del Mayorazgo, presenta una fachada alterada (Fig. 12), con un interior caracteristico (Fig. 13) (García Bryce, 2004), que como en la casa Orbegoso, hay una altura diferenciada entre el primer y el segundo nivel.



Fig. 12.



Fig. 13

Hugo J. Robles Cosco
Historiador del Arte


Bibliografía Complementaria

DALHEIMER, Barbara
“Los balcones de Lima”. En: Revista Humboldt, Bonn, No 85, Año 26, 1985 pp. 36-45.

FIOL CABREJOS, J.C.
El balcón limeño. Lima, L & N, Organización comercial y de Servicios, 1982.

GARCÍA BRYCE, José
“La arquitectura del virreinato”. En: Arte y arquitectura. Enciclopedia Temática del Perú, Tomo XV.

UGARTE ELESPURU, Juan Manuel
Monumenta Limensis. Lima, Fondo editorial del Congreso del Perú, 2001


5 comentarios:

  1. Salinas Lovon Jose Luis
    Estimados amigos:
    Las ciudades andinas son la expresión más simple y pura de la acumulación de procesos históricos,humanos y sociales,responden también a la imposición de 'políticas públicas' no muchas veces racionales,éticas y funcionales.
    La lección anterior nos invita a la idea de la cuantiosa reflexión previa a la gestación de las ciudades,pero nos hallamos ante la ir reversibilidad de muchos procesos ya en curso y cuyas características de agregación y consolidación espacial son definitivos.
    La ideas de encontrar soluciones a mi punto de vista ,deberá sólo pasar por el severo planteamiento al orden jurídico en sus modos de actuar y prohibir, y a reajustar las políticas y modos de las administraciones urbanas locales, las que deban replantear el concepto de : ordenar la ciudad y lo existente, en función al futuro de las ciudades y sus habitantes .
    Las reflexiones son críticas,puntuales y muy severas.
    Salinas Lovon José Luis
    Arquitecto
    CAP 2823
    Peru
    28 de diciembre de 2013

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  2. Ciudad de Cusco
    Perú
    11/04/2014
    Las ciudades andinas y sus tipologías de vivienda civil y rural...son parte de una serie de agregaciones formales y estilísticas que se definieron hacia las épocas posteriores al 1533.
    El -caso de Cusco- es muy particular por la integración formal de las formas hispanas a las bases incas ya existentes de una ciudad tipo lógicamente muy particular y donde la forma de la ciudad y sus cuestiones urbanas...condicionaron las formas futuras y sus expresión estética.
    La ciudad y su arquitectura son una suma síntesis de las formas castellanas transportadas, impuestas y transformadas por la mano de obra local, por la,integración de materiales regionales y el concepto de contribuir a una tipología muy cusquena.
    La reflexión crítica sobre la integración y la referencia a estilos y vanguardias artísticas es muy compleja..pero ratifico estas notas al definir que el arte mudejar y las contribuciones del tardo renacimiento italiano y sus derivaciones hispanas se entremezclan creando formas y aportes muy particulares.
    La ciudad y las formas de ella refieren un primer periodo desde el 1533 /1596 ..época de las primeras transformaciones urbanas hacia las nuevas plazas del Tianguez o del Cabildo actual y sus posteriores ampliaciones hacia aquel llamado -nuevo barrio de españoles- que se creo,hacia las,zona superior ..es decir hacia la Plaza de San Francisco.
    La ciudad y sus formas urbanas asumidas referirán las formas castellanas impuestas en las casas de la Plaza y sus primeras expresiones a -re cercados e importas- vinculadas al modelo castellano... Hasta el sismo demoledor del 1650 cuando se transformara la ciudad y que asumirá en muchos casos las actuales formas urbanas.

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